01 Oct

¿Qué es el síndrome del impostor?

¿Alguna vez has oído hablar del síndrome del impostor?

Si es la primera vez que oyes hablar sobre esto, seguro que cuando empieces a leer estas líneas, vas a sentirte más indentificad@ de lo que crees, o bien conoces a alguien cercano que lo ha padecido alguna vez en su vida.

Carreras exitosas, títulos académicos, logros profesionales y un largo etcétera, y a pesar de todo, seguimos pensando que seguimos sin estar a la altura, que no somos suficientemente buenos o que siempre habrá gente que lo pueda hacer mejor.

CUESTIÓN DE SUERTE

Este trastorno, afecta a más personas de las que crees, y una de las convicciones más comunes, es pensar que los logros aparentes, tan solo se tratan de un golpe de suerte. Da igual los años que llevemos en la empresa, los reconocimientos por parte de nuestros superiores o el afecto de nuestro equipo, nuestro subconsciente siempre nos lleva al mismo sitio; ‘’esto es sólo suerte’’.

Existen numerosos casos, en los que las personas se ven sometidas a un estrés y situación complicada en el trabajo y a menudo piensan, ‘’quiero dejar mi trabajo’’, pero la losa continua que pesa sobre ellos de ‘’impostores’’, es la que les impiden moverse de su zona de confort. De nuevo, se repiten convencimientos tan comunes como; ‘’podría estar peor’’ o ‘’no puedo aspirar a algo mejor’’.

LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS

Algo que suele influir y alimentar este síndrome, son las constantes comparaciones, ya sea en el entorno laboral o en el círculo más personal. Y es que, por nuestra condición humana, es difícil poder evitar hacerlo. Desde tiempos inmemoriales tendemos a mirar al de al lado para medirnos con él/ella.

Así que, intentemos darle la vuelta a la tortilla y, ya que no podemos evitar que de vez en cuando, nos comparemos con nuestro vecino, pensemos que, hasta los más altos directivos de multinacionales, celebridades de todo el mundo, y demás gente que consideramos exitosa, ha declarado haber sentido o sentir esta sensación alguna vez.

Por lo tanto, aunque ya se sabe que mal de muchos, consuelo de tontos, en este caso, pensemos que simplemente se trata de un síndrome ampliamente compartido, y que esto tan sólo es una sensación inequívoca de nosotros mismos.

Como suele decir, en ocasiones, no hay peor enemigo que nosotros mismos.